FASE III: Evaluación del proyecto y plan de intervención
Objetivos:
Estimar el alcance y adquisición de los objetivos planteados
- Valorar las competencias adquiridas por los niños a lo largo del proyecto
- Autoevaluación de mi práctica psicopedagógica a partir de las valoraciones recibidas por mi tutora y otros profesionales del centro y por los propios destinatarios.
- 1.- Observaciones y registro de fases anteriores.He logrado satisfactoriamente realizar observaciones en las sesiones de intervención y hacer un registro de las mismas como acercamiento al contexto y reformulación de la propuesta2.- Se han llevado a cabo todas las actividades propuestas según temporización establecidaHe realizado la mayor parte de las actividades propuestas en cada una de las fases, en su tiempo de ejecución3.- Se han conseguido los objetivos deseados.He conseguido alcanzar los objetivos deseados y marcados tanto en el desarrollo de mi intervención como en la fase final, gracias al trabajo conjunto con los profesionales del centro.4.- Se ha dado una buena relación con los profesionales del centro, padres y destinatarios
He podido mantener una buena relación con los profesionales del centro, así como con los padres del centro, desde el respeto y con una actitud de acercamiento y colaboración (cuando así se me ha permitido). He establecido un buena relación con los niños, destinatarios de la intervención. 5. Se ha establecido una buena coordinación e interacción con la tutora durante la prácticaHe podido establecer una buena coordinación con la tutora del centro, manteniendo siempre una actitud de respeto y colaboración en su labor, así como de buena aceptación de las valoraciones sobre mi práctica.6.- Se ha valorado el programa de intervención aportando sugerencias y propuestas de mejoraHe logrado hacer una Evaluación conjunta de los resultados y reflexión final del trabajo.
A modo de conclusión
Mi proyecto de intervención ha estado caracterizado por dos tipos de actuaciones:
- En sesiones individuales con niñ@s TEA/TEL/TDHA, facilitando las ayudas pedagógicas necesarias establecidas en su plan de intervención.
- En sesiones grupales con este mismo tipo de destinatario, mediante un programa de intervención enfocado al desarrollo de habilidades sociales.
Ha sido un objetivo un tanto ambicioso dado que los avances en este tipo de destinatario son lentos y a muy largo plazo. Pero sí que he aprendido a valorar que cualquier pequeño avance (una fijación de la mirada, un gesto o un sonido con intención comunicativa...) es ya un importante logro.
El contexto de intervención en el que ha estado inmersa mi práctica, se ha visto reducido a una pequeña sala de un centro privado, con una programación específica y con unos apoyos muy sistemáticos. Esto, a simple vista,adolece del carácter sistémico que nos dice que un niñ@ no aprende de forma aislada, sino en relación a las prácticas, recursos y facilidades que le proporcionan los contextos en que se maneja (escuela, familia...). No podemos olvidar que se trata de un apoyo externo al ámbito escolar contratado y sufragado por los padres, con los que se establece una relación muy estrecha en el día a día. Aunque se busca la relación y coordinación con el centro educativo, no siempre se consigue y si se hace, no en las mejores condiciones.

No
voy a ignorar los pros y contras que ha supuesto hacer las prácticas en un
centro privado.
Como
ventajas:
-
He podido
observar el funcionamiento interno de un equipo multiprofesional basado en el
tratamiento de los trastornos del desarrollo.
-
He podido
constatar el trabajo conjunto padres y profesionales de una manera más
continuada y cercana. Los padres se sienten muy acompañados y apoyados por las
psicopedagogas del centro, especialmente en los momentos de la toma de
decisiones importantes como el tipo de escolarización más adecuada, en las transiciones
educativas o, incluso, cuando se realiza una valoración inicial y posterior
diagnóstica, la mayoría de las veces difíciles de asimilar.
-
He podido
vivenciar el proceso de intervención en algunos casos desde que llega por
primera vez un usuario al centro, con o sin diagnóstico y la puesta en marcha
del protocolo de actuación y, en otros, en proceso de desarrollo, superando
dificultades y avanzando en los objetivos de aprendizaje.
Como inconvenientes:
-
Sesiones
individuales cargadas de rutinas que le dan un carácter repetitivo y
descontextualizado a la intervención. La imposibilidad por mi parte de conocer cómo se desenvuelve el niño en los diferentes contextos, especialmente en el escolar.
- Dificultad
para asistir a las reuniones conjuntas con el equipo, realizadas en un horario no disponible para
mí.
- En la práctica de las sesiones, el tener que ajustarme al diseño y a la dinámica marcada por el centro.
- En la práctica de las sesiones, el tener que ajustarme al diseño y a la dinámica marcada por el centro.
Finalmente, me gustaría resaltar la oportunidad que me ha
proporcionado esta práctica, a la hora de detectar y determinar las necesidades educativas del alumnado con trastornos del desarrollo y su respuesta educativa en la práctica continuada.

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