sábado, 12 de diciembre de 2015

EVALUACIÓN y CONCLUSIONES FINALES


FASE III:  Evaluación del proyecto y plan de intervención


Objetivos:

  •  Estimar el alcance y adquisición de los objetivos planteados

  •  Valorar las competencias adquiridas por los niños a lo largo del proyecto

  •  Autoevaluación  de mi práctica psicopedagógica a partir de las valoraciones recibidas por mi tutora y otros profesionales del centro y por los propios destinatarios.

  • 1.- Observaciones y registro de fases anteriores.
    He logrado satisfactoriamente realizar  observaciones en las sesiones de intervención y hacer un registro de las mismas como acercamiento al contexto y reformulación de la propuesta
    2.- Se han llevado a cabo todas las actividades propuestas según temporización establecida
    He realizado la mayor parte de las actividades propuestas en cada una de las fases, en su tiempo de ejecución
    3.- Se han conseguido los objetivos deseados.
    He conseguido alcanzar los objetivos deseados y marcados tanto en el desarrollo de mi intervención como en la fase final, gracias al trabajo conjunto con los profesionales del centro.
    4.- Se ha dado una buena relación con los profesionales del centro, padres y destinatarios
    He podido mantener una buena relación con los profesionales del centro, así como con los padres del centro, desde el respeto y con una actitud de acercamiento y colaboración (cuando así se me ha permitido). He establecido un  buena relación con los niños, destinatarios de la intervención.
    5. Se ha establecido una buena coordinación e interacción con la tutora durante la práctica
    He podido establecer una buena coordinación  con la tutora del centro, manteniendo siempre una actitud de respeto y colaboración en su labor, así como de buena aceptación de las valoraciones sobre mi práctica.
    6.- Se ha valorado el programa de intervención aportando sugerencias y propuestas de mejora

    He logrado hacer una Evaluación conjunta de los resultados y reflexión final del trabajo.




A modo de conclusión





Mi proyecto de intervención ha estado caracterizado por dos tipos de actuaciones: 
  1. En sesiones individuales con niñ@s TEA/TEL/TDHA, facilitando las ayudas pedagógicas necesarias establecidas en su plan de intervención.
  2. En sesiones grupales con este mismo tipo de destinatario, mediante un programa de intervención enfocado al desarrollo de habilidades sociales.
En el primer caso se trataba de determinar las medidas pertinentes y/o poner en práctica los apoyos y recursos necesarios en atención a sus necesidades. En el segundo, atender a sus necesidades detectadas de desarrollar habilidades sociales y emocionales. Teniendo como objetivo final, en ambos casos, el potenciar su evolucion, planificando acciones encaminadas a mejorar la comunicación e interacción interpersonal.

Ha sido un objetivo un tanto ambicioso dado que los avances en este tipo de destinatario son lentos y a muy largo plazo. Pero sí que he aprendido a valorar que cualquier pequeño avance (una fijación de la mirada, un gesto o un sonido con intención comunicativa...) es ya un importante logro.

El contexto de intervención en el que ha estado inmersa mi práctica, se ha visto reducido a una pequeña sala de un centro privado, con una programación específica y con unos apoyos muy sistemáticos. Esto, a simple vista,adolece del carácter sistémico que nos dice que un niñ@ no aprende de forma aislada, sino en relación a las prácticas, recursos y facilidades que le proporcionan los contextos en que se maneja (escuela, familia...). No podemos olvidar que se trata de un apoyo externo al ámbito escolar contratado y sufragado por los padres, con los que se establece una relación muy estrecha en el día a día. Aunque se busca la relación y coordinación con el centro educativo, no siempre se consigue y si se hace, no en las mejores condiciones. 



No voy a ignorar los pros y contras que ha supuesto hacer las prácticas en un centro privado.
Como ventajas:
-      He podido observar el funcionamiento interno de un equipo multiprofesional basado en el tratamiento de los trastornos del desarrollo.
-      He podido constatar el trabajo conjunto padres y profesionales de una manera más continuada y cercana. Los padres se sienten muy acompañados y apoyados por las psicopedagogas del centro, especialmente en los momentos de la toma de decisiones importantes como el tipo de escolarización más adecuada, en las transiciones educativas o, incluso, cuando se realiza una valoración inicial y posterior diagnóstica, la mayoría de las veces difíciles de asimilar.
-      He podido vivenciar el proceso de intervención en algunos casos desde que llega por primera vez un usuario al centro, con o sin diagnóstico y la puesta en marcha del protocolo de actuación y, en otros, en proceso de desarrollo, superando dificultades y avanzando en los objetivos de aprendizaje.
Como inconvenientes:
-      Sesiones individuales cargadas de rutinas que le dan un carácter repetitivo y descontextualizado a la intervención. La imposibilidad por mi parte de conocer cómo se desenvuelve el niño en los diferentes contextos, especialmente en el escolar.
-   Dificultad para asistir a las reuniones conjuntas con el equipo,  realizadas en un horario no disponible para mí.
-  En la práctica de las sesiones, el tener que ajustarme al diseño y a la dinámica marcada por el centro. 

Finalmente,  me gustaría resaltar la oportunidad que me ha proporcionado esta práctica, a la hora de detectar y determinar las necesidades educativas del alumnado con trastornos del desarrollo  y su respuesta educativa en la práctica continuada. 

















































































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